Aunque no tengo fotos de ese día, esta historia comienza meses antes de la boda, en un bar de Cenicero (la Rioja), en la primera reunión con los novios.
Un encuentro distendido, donde hablamos de mi forma de ver la fotografía de bodas y recibiendo un montón de buenos consejos de los novios, de cómo quieren que fotografié ese día tan especial, de los que tomo muy buena nota, para luego ponerlos en práctica.
La parte que más me gusta de esos encuentros, es cuando los novios explican todos los detalles de la boda, ver la ilusión con la que cuentan todo lo que han preparado, detalles a tener en cuenta para no dejar ninguno sin fotografiar.

Continúa la historia con la pre-boda, acompañados de un fiel amigo, que también quiere ser protagonista.
Aunque hay novios que descartan la pre-boda, yo aconsejo realizarla, para perder el miedo a la cámara y a ser fotografiados. El objetivo no es llevarse buenas fotos (que si se las llevan), sino llevarse un catálogo donde elegir que fotos quieren para el día de la boda y post-boda.
Sabiendo de antemano que fotos quieren y sin nervios, obtendrán un montón de fotos más el día de la boda.

Que contar del día de la boda, acompañando a los novios casi desde que se levantan de la cama y fotografiando cada uno de los momentos, preparativos, la llegada a la ermita, el momento de los anillos, el arroz…
Pero como cualquier historia tiene un momento cumbre, que personalmente para mí fue, cuando la hermana de la novia, canto desde el coro de la Ermita.
Ver la cara de los novios y padrinos entre alegría y lágrimas a través de mi objetivo, fue el instante más especial para mí, y aunque no pare ni un segundo de fotografiar, he de reconocer que lo hacía mientras tenía un nudo en la garganta, que no sabría explicar con palabras.

Llega el día de la post-boda, los novios buscaron la localización, el pueblo de Matute (La Rioja) y una cascada que había cerca del pueblo.
No conocían el lugar y yo tampoco, pero mientras paseaba hacia la cascada vi un montón de lugares para fotografiar, y fuimos parando en todos mientras volvíamos hacia el pueblo.

La verdad es que me resulto difícil seleccionar solo estas fotos entre más de 600 que entregue los novios, y que hay unas cuantas incluso mejores que estas, pero esas las dejo para que os las enseñen los novios.

GRACIAS pareja por todo.

Cada día me arrepiento menos de dejar de “hacer fotos” y empezar a contar historias a través de mi cámara.

Si quieres disfrutar de fotografías como esta del día de tu boda, envía un mail a contacto@angelfotografia.com , con tu nombre y número de teléfono, y enseguida me pondré en contacto.